Describir todos aquellos estudios de importancia en la neurociencia sería una tarea complicada y muy extensa. Los siguientes descubrimientos desterraron algunas ideas previas sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y abrieron nuevas vías de investigación. Esta es una selección de algunos trabajos experimentales importantes entre los miles de trabajos existentes:
Neurogénesis (Eriksson, 1998). Hasta 1998 se pensaba que la neurogénesis solo se producía durante el desarrollo del sistema nervioso y que después de este periodo las neuronas solo morían y no volvían a producirse nuevas. Pero tras los hallazgos de Eriksson se pudo comprobar que incluso durante la vejez, existe la neurogénesis. El cerebro es más plástico y maleable de lo que se pensaba.
¿Que hacer para potenciar la neurogénesis?
Todo esto, traducido a la vida diaria, significa que para potenciar la neurogénesis en tu hipocampo deberías:
- Dormir bien y las horas suficientes como para no sentir cansancio el resto del día.
- Hacer ejercicio moderado y, en general, mantener a raya el aburrimiento.
- La neurogénesis parece estar orientada hacia fines adaptativos, así que intenta ponerte objetivos realistas y que te parezcan interesantes.
- No exponerte a más fuentes de estrés de las que puedas soportar y procurar que no te afecte demasiado. Puedes probar haciendo meditación.
Contacto en la crianza y desarrollo cognitivo y emocional (Lupien, 2000). En este estudio se demostró la importancia del contacto físico del bebé durante la crianza. Aquellos niños que han mantenido poco contacto físico, son más vulnerables a déficits en funciones cognitivas que se suelen ver afectadas en la depresión o en situaciones de alto estrés como la atención y la memoria.
Las neuronas espejo, segùn Rizzolatti (2004), “son el ladrillo sobre el que se construye la cultura”.
Perez (2016), las neuronas espejo son un grupo de células que fueron descubiertas por el equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti y que parecen estar relacionadas con los comportamientos empáticos, sociales e imitativos. Se descubrieron mientras pretendían estudiar las neuronas encargadas de los movimientos de las manos en los monos. Para sorpresa de los investigadores, estas neuronas no sólo mostraban actividad cuando el simio realizaba algún movimiento concreto con sus manos, también se activaban cuando el mono en cuestión veía a otro miembro de su especie realizar ese mismo gesto ―como si él mismo estuviese llevándolo a cabo―.
La misión de estas células es reflejar la actividad que estamos observando. Se activan cuando ejecutamos una acción determinada, y también cuando observamos a otro individuo realizando esa misma acción. Permiten “reflejar” la acción de otro en nuestro propio cerebro, de ahí su nombre. Como ya hemos comentado fueron observadas en primer lugar en primates, y luego se descubrieron en humanos y algunas aves. En el ser humano se las encuentra en el área de Broca y en la corteza parietal.
Reserva cognitiva (Petersen, 2009). El descubrimiento de la reserva cognitiva ha sido muy relevante en estos últimos años. Postula que el cerebro posee la capacidad de compensar lesiones producidas en el cerebro. Distintos factores como los años de escolarización, el trabajo realizado, los hábitos de lectura, o la red social influyen. Una alta reserva cognitiva puede compensar los daños en enfermedades como el Alzheimer.
Una vez empiezan a desarrollar enfermedades neurodegenerativas, las personas con una alta reserva cognitiva tardan más en mostrar síntomas que aquellas con una reserva menor. Estos efectos se han relacionado con la presencia de mayores habilidades cognitivas que permiten suplir los déficits conductuales y neuropsicológicos propios de la demencia. Sin embargo, en estos casos habitualmente los síntomas aparecen de forma brusca, en contraste con la progresión típica de este tipo de enfermedades. Esto se ha asociado al fallo conjunto de las estrategias utilizadas para afrontar el deterioro; alcanzado un cierto grado de daño cerebral la persona se vería incapaz de poner en marcha estas habilidades compensatorias.
Factores que previenen el deterioro
Existen distintos tipos de factores que contribuyen al incremento de la reserva cognitiva y que, por tanto, ayudan a prevenir los síntomas psicológicos de la demencia y de otros trastornos que afectan al cerebro.
- Estimulación cognitiva
Diversos estudios han encontrado que la estimulación cognitiva continuada aumenta la reserva cognitiva cerebral. Un factor muy importante en este sentido es el nivel educativo, que se asocia con mayor conectividad y crecimiento neuronales durante toda la vida, pero especialmente en edades tempranas. Por otra parte, las profesiones que resultan más estimulantes a nivel cognitivo también son muy beneficiosas. Estos efectos se han detectado sobre todo en los trabajos que requieren un uso complejo del lenguaje, las matemáticas y el razonamiento, y probablemente se relacionen con una menor atrofia en el hipocampo, una estructura implicada en la memoria.
- Actividad física
Las investigaciones sobre la influencia de la actividad física en la reserva cognitiva son menos concluyentes que las que estudian la estimulación mental. Se cree que el ejercicio aeróbico puede mejorar el riego sanguíneo cerebral, así como el funcionamiento de los neurotransmisores y el crecimiento de las neuronas.
- Ocio y tiempo libre
Este factor se relaciona con los dos anteriores, así como con la interacción social, que también estimula el funcionamiento del cerebro. Rodríguez-Álvarez y Sánchez-Rodríguez (2004) afirman que las personas ancianas que realizan más actividades de ocio muestran una reducción del 38% en la probabilidad de desarrollar síntomas de demencia. No obstante, las investigaciones correlacionales conllevan un riesgo de inversión de la causalidad; así, podría suceder simplemente que las personas con menor deterioro cognitivo se impliquen en más actividades de ocio, y no que éstas prevengan la progresión de la demencia.
- Bilingüismo
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